Un fragmento de la nave espacial soviética Kosmos 482, lanzada en 1972 como parte de una fallida misión a Venus, se dirige hacia la Tierra y podría reingresar a la atmósfera en la madrugada del sábado 10 de mayo, según informes de agencias espaciales internacionales.
La misión original nunca logró salir de la órbita terrestre baja, y tras décadas en el espacio, la nave se fragmentó. Uno de sus componentes más resistentes, probablemente el módulo de aterrizaje, es el que se espera que atraviese la atmósfera en las próximas horas. De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA), el reingreso ocurriría alrededor de las 8:16 UTC (3:16 a. m. hora de Colombia), aunque la hora exacta puede variar considerablemente.
El módulo, una esfera metálica de aproximadamente un metro de diámetro y cerca de 500 kilogramos de peso, fue diseñado para soportar las condiciones extremas de Venus. Esto implica que está equipado con un escudo térmico robusto que podría permitirle sobrevivir al violento reingreso atmosférico.
A pesar de la incertidumbre sobre el lugar exacto del impacto, los expertos destacan que el riesgo para la población es mínimo. Con más del 70 % del planeta cubierto por océanos, lo más probable es que los restos terminen cayendo en el mar. “Es mucho más probable ganar la lotería que ser golpeado por este tipo de basura espacial”, aseguró Stijn Lemmens, analista de la ESA.
La trayectoria de caída abarca un amplio rango entre los 51,7° de latitud norte y sur, lo que incluye gran parte del mundo habitado. Sin embargo, no hay indicios de que el evento represente una amenaza seria.
El sistema de paracaídas del módulo, pensado originalmente para aterrizar en Venus, seguramente ya no funcione tras medio siglo en el espacio. Aun así, el episodio pone de nuevo sobre la mesa la conversación sobre los desechos espaciales y sus implicaciones para el planeta.