Retirar dinero de un cajero automático parece una actividad rutinaria, pero si no se elige bien el momento ni el lugar, puede convertirse en un error costoso. La “hora de riesgo” realmente existe, y no es una teoría conspirativa ni una exageración mediática: es una advertencia concreta que viene desde los propios bancos.
Las entidades financieras como BBVA, Banco de Bogotá y cooperativas como Confiar lo han dejado claro: los horarios con poca circulación de personas —especialmente la madrugada y la noche— son los más peligrosos para hacer retiros.
¿Por qué es tan arriesgado usar cajeros en la noche o la madrugada?
La respuesta es simple: soledad, oscuridad y falta de vigilancia. Estos tres factores convierten un cajero en terreno fértil para ladrones, estafadores o incluso bandas organizadas. No es raro escuchar historias de personas que fueron seguidas tras hacer un retiro o que fueron abordadas con engaños cuando salían del cajero.
Y no hablamos solo de calles desoladas. Incluso cajeros ubicados en centros comerciales o estaciones de gasolina pueden ser blancos, especialmente si no hay vigilancia visible o si están operando en horarios con baja afluencia.
¿Qué se recomienda? Aquí algunos consejos claves:
- Evita horarios extremos: No uses cajeros entre las 10:00 p.m. y las 6:00 a.m., a menos que sea absolutamente necesario.
- Ve acompañado: Un acompañante puede disuadir a posibles delincuentes y ayudarte si ocurre algo.
- Prefiere cajeros en zonas comerciales o bancarias, donde haya vigilancia y cámaras visibles.
- Si el cajero está en una cabina, entra solo y cierra la puerta.
- Desconfía de cualquier persona que ofrezca ayuda, incluso si parece amable o vestida de forma formal.
- Asegúrate de que la operación haya finalizado antes de retirarte, y cubre el teclado al digitar tu clave.
El riesgo no solo es físico… también es digital
La seguridad también tiene otra cara: la del fraude electrónico. Clonadores de tarjetas, cámaras ocultas y dispositivos que copian información han sido detectados incluso en cajeros “seguros”. Por eso, revisa bien la ranura antes de insertar tu tarjeta y, si algo luce alterado o sospechoso, busca otro cajero.
La clave es simple: planea y protege
Retirar dinero en la calle no debería sentirse como una misión imposible, pero sí debe tomarse con la misma seriedad. Planea tus retiros, hazlos en horarios concurridos, en lugares seguros y con la cabeza fría. La seguridad es una responsabilidad compartida, pero tu decisión puede marcar la diferencia entre una transacción tranquila y una historia que preferirías no contar.