La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz de este año estuvo marcada por la ausencia física de su galardonada, pero también por una emoción colectiva que recorrió la sala principal del Ayuntamiento de Oslo. La imagen de María Corina Machado presidió el auditorio mientras autoridades europeas y latinoamericanas, incluidos los reyes de Noruega y mandatarios de Argentina, Ecuador, Panamá y Paraguay, rendían homenaje a la dirigente venezolana. Colombia estuvo representada por el expresidente Iván Duque y la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, abrió la ceremonia con un discurso contundente en defensa de la resistencia democrática venezolana. Sus palabras resaltaron dos décadas y media de lucha de Machado contra el autoritarismo:
“Como líder del movimiento democrático de Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía en la historia reciente de América Latina”, afirmó. También recordó que la movilización ciudadana en torno a las elecciones de 2024 fue “una demostración inédita, pacífica y profundamente democrática”.
Un premio en ausencia y un mensaje de esperanza
Tras días de rumores y versiones contradictorias, el Comité confirmó que Machado no podría trasladarse a Noruega debido a las condiciones de riesgo que enfrenta. Horas antes de la ceremonia se aclaró, sin embargo, que la líder opositora estaba “a salvo” y camino a Oslo, aunque no alcanzaría a llegar al evento central.
En su representación estuvo su hija, Ana Corina Sosa Machado, quien recibió la medalla y pronunció un discurso que conmovió a los presentes. “Avanzamos armados solamente de convicción”, dijo, aludiendo al carácter pacífico del movimiento opositor. Luego agregó: “La paz es, al fin de cuentas, un acto de amor… Venezuela va a respirar nuevamente. Las calles volverán a llenarse de alegría”.
Entre los asistentes también se encontraban el presidente electo de Venezuela, Edmundo González, otras figuras políticas latinoamericanas y la pianista venezolana Gabriela Montero, quien cerró el acto interpretando el himno nacional de su país. La sala se puso de pie mientras los compatriotas presentes cantaban al unísono.
Un reconocimiento a un pueblo en resistencia
El Comité del Nobel reafirmó que este premio trasciende a la figura de Machado y simboliza el esfuerzo de un pueblo que lleva años reclamando un retorno a la democracia. En un mensaje directo al gobierno de Nicolás Maduro, Frydnes fue enfático:
“Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo… Ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar la llama encendida por el movimiento democrático venezolano”.
Previo a la ceremonia, la propia Machado envió un audio que luego fue difundido por el Comité. En él relató las dificultades de los últimos días y agradeció el respaldo recibido:
“Muchas personas arriesgaron su vida para que yo pudiera llegar a Oslo. Este reconocimiento significa mucho para el pueblo venezolano. Aunque no esté en la ceremonia, estoy en camino y pronto podré reunirme con mi familia, a la que no he visto en dos años”.
Reacciones desde Oslo: entre la tristeza y la determinación
En las afueras del Grand Hotel, decenas de venezolanos se congregaron desde tempranas horas. Muchos mostraban preocupación por la ausencia de Machado, pero también orgullo por el alcance internacional del reconocimiento.
“El Nobel es de todos los venezolanos”, dijo Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas.
Luis Flórez, integrante del movimiento Vente Mundo, añadió: “Este es un régimen que no respeta leyes. Sabíamos que este escenario era posible, pero la celebración continúa porque esto representa la resistencia de un país entero”.
Desde Colombia, Iván Duque sostuvo que la ausencia de la líder opositora solo refuerza el mensaje de la ceremonia: “María Corina está enfocada en restablecer la democracia. Si no estar presente ayuda a ese propósito, más razones tenemos para apoyarla”.
Marta Lucía Ramírez, también presente en Oslo, subrayó que la importancia del premio trasciende cualquier circunstancia logística: “Esto es un reconocimiento a María Corina, al pueblo venezolano y a la causa por la libertad”.
En Estados Unidos, la congresista María Elvira Salazar coincidió: “Si no llega, no importa. Está poniendo la causa venezolana por encima de su propio interés. Pocas personas en el hemisferio hacen eso”.


