Aunque la liberación del niño Lyan Hortúa fue motivo de alivio, la tranquilidad duró poco. Horas después de su regreso a casa, un familiar de su padrastro quien habría participado en el pago del rescate fue asesinado, generando un ambiente de temor en su entorno cercano.
Gerardo Mendoza, personero de Cali, señaló que la familia del menor vive ahora bajo amenaza. “Me han pedido apoyo institucional para garantizar su seguridad”, expresó, revelando además que perdió contacto con la madre del niño tras la liberación. Lyan fue secuestrado el 3 de mayo en Jamundí por un grupo armado vinculado a disidencias de las FARC.